Clínica Dental Proa y sus dentistas te cuentan experiencias con pacientes.
Barbaridades se oyen muchas, pero creo que la mayor fue la de un paciente que acudió a consulta desesperado por un dolor de muelas que no podía calmar. Entendiendo por nada locuras tales como colocarse en la zona una aspirina, echarse vodka por encima y enjuagarse después con gasolina. Sin embargo, lejos de ayudar, la aspirina es un ácido que, aplicada directamente sobre el tejido blando, quema la encía, con serios problemas difíciles de solucionar en el futuro. En el caso del alcohol, lo más probable es que la encía quede enrojecida, con úlceras. Es difícil mantener mucho tiempo un líquido en un punto concreto, lo más normal es que se extienda por la zona y al final trague. Si lo repetimos tres o cuatro veces, al final el dolor no desaparece, pero ya no eres consciente de él por el estado de embriaguez. Los riesgos de la gasolina no se pueden enumerar porque son infinitos, no solo en dientes, también en encías, mucosas y boca en general.
Conclusión: No busque soluciones en foros de Internet.