Según un estudio publicado recientemente por la revista American Journal of Clinical Dermatology, el 20% de las personas que porta piercings sufre algún problema de salud. Aunque generalmente son pequeñas infecciones localizadas, las complicaciones con estos adornos corporales pueden llegar incluso a generar hepatitis. Este informe pone de manifiesto que las mucosas son especialmente sensibles a la hora de recibir un cuerpo extraño. Los piercings que se colocan en la lengua son los que más problemas provocan: pueden crear dificultades a la hora de intubar un paciente crítico o ser la causa de la rotura de piezas dentales. Asimismo, los situados en los labios o en la lengua generan, habitualmente, un aumento del nivel de la placa bacteriana.
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