Clínica Dental Proa y sus dentistas le informan que, según la sentencia, entre los años 2015 y 2016, el acusado recibía a pacientes en su laboratorio, realizando “injerencias en la boca de los clientes”, como implantaciones de prótesis removibles y toma de medidas, así como impresiones para su fabricación, careciendo de la titulación necesaria.